La capacidad del Big Data para mejorar la calidad de vida de las personas es una premisa que las administraciones públicas han asumido ya, aunque con mayor lentitud que el entorno empresarial, iniciando así una verdadera transformación digital.  Son muchas las entidades públicas que se han sumado al proceso de digitalización para aprovechar al máximo las informaciones de los ciudadanos (datos de salud, empleo, vivienda, impuestos…) y mejorar así sus servicios a la ciudadanía, aportando novedosas y más eficientes prestaciones.

El análisis y procesamiento de los grandes volúmenes de datos manejados por las entidades públicas, es una de las vías que posee la administración para sumarse a la transformación digital, que le permitirá conseguir y ofrecer más con menos, convirtiendo al análisis inteligente de la información en un gran aliado que le permitirá posicionarse como entidad con capacidad para dar servicios de valor a la ciudadanía.

Entre las posibilidades que ofrecen estas técnicas, podemos destacar la capacidad para identificar tendencias con respecto a la respuesta de los ciudadanos ante los servicios públicos, analizando su comportamiento, relación, uso y satisfacción con los mismos, permitiendo proporcionar mayores y mejores prestaciones en función de las necesidades reales de los ciudadanos, así como anticiparse a futuras tendencias. Ejemplos reales pueden ser el análisis y predicción en la demanda de los usuarios en servicios como los sanitarios, municipales, de transporte, turísticos, etc., permitiendo a los organismos públicos adaptar y mejorar su oferta. A su vez, hacer públicos estos estudios y motivaciones a la hora de dimensionar estos servicios fomenta la transparencia hacia los ciudadanos.

Otras posibilidades tienen que ver con el incremento en la eficiencia de los procesos internos de la administración, ofreciendo múltiples posibilidades y beneficios que, sin duda, implican una mayor eficiencia de la entidad para con la sociedad, como puede ser el hecho de agilizar ciertos trámites administrativos automatizando diversos requisitos – por ejemplo, el cumplimiento de determinados formularios – gracias a estas técnicas avanzadas de acceso a la información.

Sin duda, la inversión en TI por parte de la dirección de la entidad pública debe formar parte de la estrategia global de la misma, con el objetivo de conseguir un aumento del valor, de la eficiencia y de la calidad de sus prestaciones. Esto se conseguirá a través de una puesta en común entre todos los departamentos que manejan información para poder incorporar, de manera integral, estas herramientas de análisis y acceso avanzado a la información.

Analítica, cloud y ciberseguridad: prioridades para el sector público

Es un hecho constatando que para hacer frente a esta transformación digital se hace necesario reestructurar la cultura organizacional de la entidad, para hacer frente a estos desafíos tecnológicos y evitar quedarse así atrás, formando parte de la revolución digital que exige hoy repensar el servicio público del futuro. Y de hecho, muchas organizaciones públicas ya han comenzado el camino. Así lo muestran los datos recopilados en el último informe 2018 CIO Agency Survey de Gartner, datos que señalan un incremento del 16% del gasto que los gobiernos van a destinar a tecnología analítica, ciberseguridad o soluciones cloud. “Desarrollar una infraestructura de análisis de datos es fundamental para mejorar los resultados del programa gubernamental y los servicios a los ciudadanos”, comenta el equipo que ha desarrollado esta investigación al respecto. En concreto, el sector público está focalizando su transformación digital con proyectos de integración de Business Intelligence y Analytics, prioridad para un 18% de los más de 3.000 CIO (director de Información) encuestados, en línea con la implementación de soluciones cloud (19%) o las soluciones de ciberseguridad y seguridad de la información (17%). Soluciones que ya están implantándose para mejorar el servicio público de nuestro futuro más cercano.