El uso de Internet en España se ha disparado en el último año, fundamentalmente por el efecto de la pandemia del Coronavirus, pero también porque cada día juega un papel más importante en la manera en la que nos relacionamos, trabajamos, consumimos o disfrutamos del ocio. Estos nuevos hábitos de consumo han provocado que los españoles pasemos 6 horas diarias navegando por la red, una cifra que sigue en aumento, según el último informe “Digital España 2022” realizado por We Are Social y Hootsuite.

Concretamente, en nuestro país casi 44 millones de españoles son usuarios de Internet, al que acceden, sobre todo, a través de dispositivos móviles. El 87% de la población española es, además, activa en redes sociales, siendo WhatsApp y Facebook las más utilizadas, seguidas muy de cerca por Instagram.  Les dedican alrededor de dos horas de su tiempo al día de media.

Este nuevo estilo de vida conlleva numerosas amenazas potenciales, como el robo de credenciales de identidad o la filtración de datos, por lo que proteger la identidad digital se ha vuelto crucial en este contexto.

Adquirir hábitos de comportamiento seguros en la red es esencial para no ponerse en el punto de mira de los cibercriminales, y contar con una política de contraseñas segura, puede ser el mejor comienzo.

España supera la media mundial en ataques ransomware

Cada año, el primer jueves de mayo se celebra el Día Mundial de las Contraseñas, precisamente, para concienciar a los consumidores y a las empresas de la necesidad de adoptar mejores prácticas en su configuración y utilización. Solo en el último año, el 71% de organizaciones españolas fue objeto de un ataque de ransomware -la media mundial se sitúa en un 66%- , según revela la encuesta “El Estado del Ransomware 2022” realizada por Sophos, que sitúa a nuestro país en el puesto número 12 en cuanto el número de infecciones sufridas a nivel mundial.

La identidad digital, ¿en peligro?

A pesar de estos datos, 4 de cada 10 internautas sigue utilizando la misma contraseña para todas sus cuentas, lo que pone en riesgo la protección de su información personal y dispositivos. Aunque los expertos en ciberseguridad recomiendan utilizar contraseñas con más de doce caracteres que incluyan letras minúsculas, mayúsculas, números y símbolos especiales, sorprendentemente, en las listas de las más utilizadas en España siguen apareciendo algunas como “1,2,3,5”, “España” o “tequiero”. Una conducta temeraria si tenemos en cuenta que los ciberdelincuentes son capaces de desvelar cualquier contraseña de menos de 8 caracteres en apenas medio minuto. Sin embargo, y tal y como explica un estudio de Hive System, con 12 caracteres alfanuméricos y con símbolos, los cibercriminales necesitarían 3.000 años, o lo que es lo mismo, alrededor de 30 vidas para descifrarlas.

Más datos alarmantes son los que pone encima de la mesa el sondeo sobre seguridad en Internet realizado por acens, parte de Telefónica Tech. Evidencia que el 46% de los internautas nunca ha modificado su contraseña de correo electrónico y que, la gran mayoría, pese a haber sido víctima de un robo de datos o de un delito de suplantación de identidad, no ha implementado medidas de seguridad tan básicas como es la instalación de un antivirus. Y la situación es más grave si tenemos en cuenta que el 57% reconoce acceder a datos sensibles como la información bancaria desde redes inalámbricas públicas.

Solo 1 de cada 3 españoles hace un uso correcto de las contraseñas

Hoy en día, vivimos rodeados de contraseñas. Son el método más popular y usado de identificación. Las necesitamos para prácticamente todo: acceder al ordenador, al correo electrónico, a las cuentas bancarias, a las plataformas de música y televisión…, pero solo uno de cada tres españoles hace un uso correcto de ellas en Internet, según un reciente informe de Panda Security. Y es que, aunque la sociedad está cada vez más digitalizada, todavía falta concienciación sobre la importancia de salvaguardar nuestra identidad digital en Internet. Errores tan comunes como no renovar periódicamente las credenciales, guardarlas en el navegador o anotarlas en los propios dispositivos, siguen siendo habituales entre los usuarios.

Utilizando una mala contraseña estamos dejando al descubierto toda nuestra vida digital, es decir, estamos dejándole la puerta abierta a los hackers. ¿Lo harías con la de tu hogar?