La Inteligencia Artificial (IA) está cada vez más presente en nuestro día a día, una situación que se ha agudizado con la coyuntura derivada de la COVID-19. Sin embargo, este concepto sigue siendo desconocido para una parte de la población, lo que genera cierta desconfianza hacia las empresas que desarrollan este tipo de tecnología.

Familiarizar a la ciudadanía con esta disciplina es uno de los retos de la IA que recoge el último informe del Instituto de Investigación Capgemini: “IA y el dilema ético: cómo las organizaciones pueden construir sistemas de Inteligencia Artificial éticamente robustos y ganar confianza”.

Mayor sensibilización empresarial

El estudio de Capgemini muestra que las empresas están más sensibilizadas a nivel ético en esta materia, una conclusión que se desprende de las encuestas realizadas a 2.900 consumidores en seis países y a 884 cargos ejecutivos entre abril y mayo de 2020. Este compromiso corporativo se refleja, por ejemplo, en el hecho de que el 64% de los directivos señala que su firma avanza en su capacidad de explicar el razonamiento de la IA, frente al 32% en 2019.

Los datos extraídos también arrojan que solo el 53% de las organizaciones tiene un líder responsable de la ética de los sistemas de IA, y que la transparencia ha caído del 73% al 59% en un año, a pesar de que el 58% de los negocios asegura haber fomentado la concienciación entre su personal sobre problemas que pueden surgir del uso de IA. Asimismo, el estudio señala que el 70% de los usuarios busca una explicación más clara de los resultados y espera interacciones de IA transparentes y justas de las empresas.

El informe también ofrece claves a las compañías para incluir principios éticos en el diseño de aplicaciones de IA y recomienda, además, implementar de forma proactiva esta tecnología para el beneficio de la sociedad y el medioambiente.

IA para mejorar la sociedad

De acuerdo con el documento, el uso de la Inteligencia Artificial para atajar problemas sociales mejora nuestra calidad de vida y permite a los usuarios conocer sus beneficios y familiarizarse con en esta disciplina. Un ejemplo claro de esto es el empleo de los algoritmos de aprendizaje automático para luchar contra las fake news, una batalla en la que la IA también actúa creando mensajes maliciosos.

En estos casos en los que la imagen de esta tecnología se ve mermada, señala el estudio, las compañías juegan un papel fundamental para consolidar la confianza de la ciudadanía, mostrando que una Inteligencia Artificial más humana y transparente es posible y que, además, es clave para construir una sociedad mejor.