El uso de soluciones de inteligencia artificial (IA) entre las empresas españolas está creciendo en los últimos meses. De hecho, los últimos estudios sobre la materia revelan que ya está comenzando a transformar la forma en la que las organizaciones hacen negocios, gestionan sus relaciones con los clientes o impulsan la innovación, pero ¿qué ocurre con el sector público?

La utilización de la inteligencia artificial en el ámbito público se encuentra todavía en una fase muy incipiente en nuestro país, a pesar de considerar esta tecnología como una  “prioridad digital” para aumentar la eficiencia y reducir los riesgos, según se desprende del estudio “Inteligencia Artificial en el sector público. España. Perspectivas europeas para 2020 y años siguientes”, elaborado por Ernst & Young para Microsoft.

La IA se está imponiendo como una tecnología clave para dar respuesta a los nuevos retos a los que se enfrentan las organizaciones públicas, sobre todo, tras el nuevo escenario surgido de la crisis sanitaria de la COVID-19, durante la que tuvieron que acelerar la adopción y el uso de soluciones digitales y de tecnologías emergentes para tomar decisiones y atender a las demandas de los ciudadanos.

Estos solicitan a las administraciones, cada vez más, información en tiempo real, un mejor aprovechamiento de los recursos y el desarrollo de soluciones en colaboración con la ciudadanía, la industria y el mundo académico. Y en este sentido, la IA ha demostrado tener un gran potencial para ofrecer un servicio personalizado, más eficiente y basado en los datos, así como para luchar contra los desafíos imprevistos y predecir y prevenir acontecimientos.

Servicios más eficientes y personalizados

Las soluciones de IA pueden contribuir a transformar el sector público,  dotándolo de nuevas herramientas para sus empleados y poniendo a su alcance nuevas formas de prestar servicios que originen nuevos roles, puestos de trabajo y funciones que le permitan innovar y ofrecer los servicios que demanda los ciudadanos, mejores, más rápidos y personalizados. Pero en este proceso las organizaciones públicas necesitan ir de la mano de otros partnerships, desarrollar nuevas aptitudes y conocimientos digitales entre ciudadanos y empleados y encontrar un equilibrio entre privacidad y seguridad, lo que supone un cambio necesario de mentalidad.

Hasta el momento, la mayoría de las tecnologías de IA utilizadas por las organizaciones públicas se enmarcan en soluciones de IA limitada, es decir, que permiten tareas específicas, logrando aumentar la eficiencia y la calidad del trabajo de los funcionarios, al permitirles centrarse en las tareas de valor añadido. Sin embargo, la adopción de soluciones de IA generalizada, que imitan el pensamiento humano, serán fundamentales para hacer realidad en un futuro cercano la prestación de servicios públicos personalizados y eficientes.

Por sectores, cabe señalar que el sanitario es, hoy en día, el ámbito público líder en la adopción de IA, mientras que el del transporte es el que ha conseguido el mayor impacto.

¿Cuáles son los beneficios del uso de la IA en el sector público?

  1. Optimización de los procesos: aumentar la productividad, la prestación de servicios y la eficacia de los flujos de trabajo.
  2. Transformación de servicios: personalizar y mejorar la calidad del servicio y desarrollar nuevos servicios y soluciones.
  3. Capacitación de los empleados para ofrecer mejores resultados con menos esfuerzo.
  4. Involucración de los grupos de interés: mejorar las experiencias de los ciudadanos, las empresas y los partners.

En definitiva, la aplicación de la IA supondrá una importante revolución en el ámbito público, ya que abrirá nuevas vías para mejorar las experiencias de las políticas y de los ciudadanos, así como para agilizar la toma de decisiones y gestionar los recursos públicos de forma más eficiente.