El legal tech ha experimentado una evolución exponencial desde 2008, fecha en la que comenzó a popularizarse este concepto. En un principio, hacía referencia únicamente al uso de tecnología para proporcionar servicios legales, pero con los años, se ha ampliado e incorporado nuevas versiones. Solo en 2018, la inversión en este ámbito alcanzó, según LawGeex, la cifra récord de 1 billón de dólares, lo que supuso, en estimaciones de Forbes, un crecimiento del 713 % con respecto al año pasado. Este aumento también se ha percibido en España, que es, por detrás del Reino Unido, el segundo país europeo en número de inversiones legal tech.
Aplicaciones del legal tech
Aunque en un principio el significado de legal tech era bastante limitado, a partir de 2016 esta definición se ha diversificado, incluyendo la utilización de tecnología en servicios legales para crear diversas soluciones. Uno de los mayores ámbitos de innovación en este sentido ha sido el mundo del software, con el que se ha logrado evitar o reducir la presencialidad en los servicios legales, acelerar los trámites o simplificar el contacto con el cliente y entre los propios profesionales. La inteligencia artificial, por su parte, gana cada vez más terreno en el sector legal, especialmente a través de la codificación predictiva, un concepto basado en el entrenamiento de algoritmos para la selección y búsqueda de información jurídica relevante. También crece el uso de blockchain para la realización de firmas digitales y de contratos inteligentes, que automatizan procesos sin necesidad de intermediarios.
¿Qué beneficios trae esta nueva era?
En general, estas aplicaciones suponen un ahorro de costes económicos y temporales para las empresas, a la vez que agilizan los trámites a sus clientes. En España, un país en donde más del 90 % de los despachos de abogados es de mediano o pequeño tamaño, la inclusión de estas tecnologías ha abierto una oportunidad para que las PYMES aumenten sus posibilidades de negocio. Además, el legal tech es un ámbito de innovación en ciernes para el sector TIC, dado que, como desvela el Observatorio Legal Tech llevado a cabo por Finnovating, pese a que menos de un 5 % de los abogados ejercientes en España se considera un abogado digital, más del 95 % de ellos considera que el ejercicio de la abogacía tendrá un futuro marcado por la adopción de las nuevas tecnologías.